Se utiliza para reciclar los biorresiduos, o basura orgánica generada en la cocina o en el jardín. Su objetivo es aumentar la recogida selectiva de dichos residuos orgánicos que, según la Directiva Marco de Residuos de 2008 (aplicada en España con la Ley 22/2011), deberá ser, como mínimo, el 50% del total en 2020, para tratarla adecuadamente y evitar el impacto en nuestro entorno.
El reciclaje de materia orgánica con el quinto contenedor se emplea en diversos países de Europa. En España, señala Carmen Lainez, directora del área de residuos de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, cada vez más municipios lo ponen en marcha. En Madrid se ha sugerido hace poco su uso para evitar que el 72,9% de su basura acabe en vertederos.
Es importante no depositar residuos impropios para no dificultar su tratamiento posterior y reducir la calidad del reciclaje. El objetivo idóneo son los biorresiduos, tanto cocinados como sin cocinar: restos de frutos secos, pan troceado, cáscaras y conchas; posos y filtros de café, infusiones; hojas, flores, plantas verdes o secas, restos de huerta, césped, hojas y poda troceada; alimentos cocinados, restos de carne o pescado; y serrín natural y papel de cocina sucio. No obstante, en algunas localidades no se admiten algunos de estos residuos, normalmente los cocinados. Por ello conviene informarse antes de forma concreta.
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