El dogma de la sangre es que mientras los mamíferos y aves la tienen caliente, los reptiles y peces la tienen fría. Aunque en las últimas décadas, se ha ido viendo que algunos animales no siguen la norma a rajatabla,pero es ahora cuando se ha descubierto el primer pez 100% de sangre caliente, el luna real.
El agua es un gran disipador del calor y para los mamíferos marinos es todo un reto mantener la temperatura corporal. Por eso, que los peces sean de sangre fría parece la mejor opción. Sin embargo, en las últimas décadas, los biólogos han ido descubriendo un reducido número de peces capaces de mantenerse calientes. Es el caso de los atunes, algunos tiburones como el marrajo y el tiburón blanco o istiofóridos como el pez vela y xiphiidae como el pez espada. Pero su endotermia es parcial. Algunos tienen sangre caliente solo en los músculos de las aletas, otros en el cerebro o alrededor de los ojos. Pero todos tienen el corazón frío y ninguno distribuye esa sangre caliente por todo su cuerpo.
Denominado científicamente Lampris guttatus, el luna real es uno de los peces más extraordinarios y menos conocidos que hay. De forma ovalada y plana, tiene un diámetro similar al de una alcantarilla y puede pesar más que un humano. A diferencia de la mayoría de los peces, se desplaza moviendo sus aletas pectorales como si fuera un pájaro. Aunque está presente en todos los mares relativamente cálidos, es un animal raro de ver y siempre lejos de la costa. Con una amplia paleta de colores, del rojo al azul pasando por el naranja, los pescadores andaluces lo llaman gitana o flamenca, por los lunares blancos iridiscentes que puntean su piel.
"Eran muy raros en la costa de California hasta hace unos años, cuando comenzamos a capturarlos en mayor número durante nuestras expediciones de investigación. Esto nos ha ofrecido la oportunidad de estudiarlos y hacer este increíble descubrimiento", comenta Wegner.
Pero si sorprendente es que el luna real sea de sangre caliente, más lo es cómo lo consigue. Otros peces, como los atunes usan un truco: la mayor parte del calor lo generan los músculos de sus aletas ventrales, unos músculos que se encuentran en la parte más interior del animal y protegidos por una capa de grasa para evitar la disipación del calor. Sin embargo, el luna real lo consigue con unos intercambiadores de calor a contracorriente únicos que tienen en las branquias y minimizan la pérdida de calor al exterior cuando la sangre entra en contacto con el agua durante la respiración. La sangre calentada por el metabolismo de los músculos de este pez llega hasta las branquias a por el oxígeno del agua. Pero, para evitar que con él entre el frío, el luna real tienen un intrincado circuito de vasos sanguíneos que lo va calentando.
Los investigadores no iban a ciegas. Ya en 2008, biólogos también de la NOAA descubrieron que el L. guttatus era capaz de mantener caliente la región craneal hasta 6º por encima de la temperatura del agua. En el caso de otros peces, como los vela o el pez espada, los científicos creen que esta endotermia parcial les permite minimizar el efecto de los cambios de temperatura en las funciones neuronales cuando descienden centenares de metros hasta la región mesopelágica, donde la luz apenas llega y el agua está muy fría. Sin embargo, estos animales tienen que subir hasta aguas más cálidas para recuperarse. En el caso del luna real, los datos de satélite muestran que pasa casi todo el tiempo entre los 50 y los 500 metros de profundidad.
Pero si sorprendente es que el luna real sea de sangre caliente, más lo es cómo lo consigue. Otros peces, como los atunes usan un truco: la mayor parte del calor lo generan los músculos de sus aletas ventrales, unos músculos que se encuentran en la parte más interior del animal y protegidos por una capa de grasa para evitar la disipación del calor. Sin embargo, el luna real lo consigue con unos intercambiadores de calor a contracorriente únicos que tienen en las branquias y minimizan la pérdida de calor al exterior cuando la sangre entra en contacto con el agua durante la respiración. La sangre calentada por el metabolismo de los músculos de este pez llega hasta las branquias a por el oxígeno del agua. Pero, para evitar que con él entre el frío, el luna real tienen un intrincado circuito de vasos sanguíneos que lo va calentando.
Los investigadores no iban a ciegas. Ya en 2008, biólogos también de la NOAA descubrieron que el L. guttatus era capaz de mantener caliente la región craneal hasta 6º por encima de la temperatura del agua. En el caso de otros peces, como los vela o el pez espada, los científicos creen que esta endotermia parcial les permite minimizar el efecto de los cambios de temperatura en las funciones neuronales cuando descienden centenares de metros hasta la región mesopelágica, donde la luz apenas llega y el agua está muy fría. Sin embargo, estos animales tienen que subir hasta aguas más cálidas para recuperarse. En el caso del luna real, los datos de satélite muestran que pasa casi todo el tiempo entre los 50 y los 500 metros de profundidad.
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