Ante este escenario, la Comisión Europea acaba de convocar un premio que dará un millón de euros a la persona o equipo que desarrollen un test rápido para determinar si un paciente necesita o no ser tratado con antibióticos. Con esa prueba médica, los facultativos podrán saber si los pacientes que sufren de infecciones de las vías respiratorias altas, como el resfriado común, la bronquitis o la otitis, pueden ser tratados de manera segura con antibióticos.
Los únicos criterios exigidos son que se trate de una prueba rápida, barata y fácil de utilizar y que no sea invasiva (o lo sea mínimamente) para los pacientes.
En abril del pasado año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se mostró alarmada por el aumento de la resistencia a los antibióticos en todas las regiones del mundo, incluso con aquellos fármacos utilizados como "último recurso" para tratar infecciones potencialmente mortales.
La resistencia antimicrobiana será una prioridad de la UE más allá de 2016. En septiembre, la CE adoptó una propuesta legislativa sobre medicamentos para animales y piensos medicados, destinada a "reforzar el uso prudente" de los antibióticos.
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