sábado, 15 de noviembre de 2014

El terror del tráfico de especies en los ojos de un bebé chimpancé

Un bebé chimpancé rescatado junto a los restos de su familia.
Bebé chimpancé rescatado junto a restos de su familia
  Según sus rescatadores, "el bebé llora sin parar cuando se le acercan los humanos". Los ojos grandes y llenos de miedo e incertidumbre de este pequeño chimpancé son sólo una mínima muestra del horror del tráfico de especies, un negocio ilegal que comparte cama con el imperio de la droga por estar entre las cinco mafias que más dinero manejan.
  En dar caza a esta mafia se ha implicado la Organización No Gubernamental (ONG) que rescató al bebé chimpancé y a los restos de su familia, LAGA, fundada por Ofir Drori, un joven israelí que lleva 8 años de su vida recorriendo África. LAGA protagoniza la parte legal de esta persecución, una suerte depolicía pro-animal que busca acabar con el tráfico de especies.

  Detrás de las lágrimas de esta cría se esconde el brutal asesinato de su familia. "Las hembras con bebés son las más expuestas, porque los pequeños se aferran a sus madres y eso las hace más lentas", explica Federico Bodganowicz, director ejecutivo delInstituto Jane Goodall España (IJG).
  Detrás del miedo a los humanos de este pequeño simio no solo están las balas, sino también el fuego y el acero. "Matan a las madres y las ahúman para preservar la carne. Es una delicatessen en países como Camerún", cuenta apenado Bogdanowicz. A este bebé lo encontraron entre 7 cabezas y casi 30 extremidades. "A las crías las dejan vivir y las venden como mascotas.

  Las víctimas chimpancé se trasladan a los centros de rehabilitación del IJG, como el de Tchimpounga, donde se trabaja con los bebés mostrándoles que, al igual que no todas las ramas son seguras, no todos los humanos son malvados.

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