Se trata del efecto de un organismo unicelular llamado Noctiluca scintillans que tiene forma de corazón y una cola y cuyo crecimiento es estimulado por los contaminantes orgánicos, tales como los residuos del alcantarillado, según han denunciado diversos grupos ecologistas. Se trata de un dinoflagelado marino de tono azul o verde que exhibe bioluminiscencia cuando se ve perturbado, por ejemplo, por el paso de embarcaciones, o al romper las olas en la costa. La luminiscencia es provocada por contaminación que puede ser devastadora para la pesca y la fauna y flora salvaje, han advertido. Noctiluca no produce neurotoxinas como sí ocurre con otros organismos similares. Pero su papel como presas y depredadores eventualmente puede aumentar la acumulación de toxinas en la cadena alimentaria.
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