Muestran que el daño genético que produce la radiación solar no se detiene cuando se deja de estar expuesto, sino que se prolonga durante horas aunque se esté en la más completa oscuridad.
Los daños en el ADN causados por la radiación solar son una de las principales causas del cáncer de piel, incluido el melanoma, que es menos común pero más agresivo que el resto.
El origen del daño genético está en las mismas células que protegen la piel del sol: los melanocitos. Algunos estudios recientes ya habían apuntado a que la melanina que producen podría estar involucrada en el cáncer de piel. El nuevo estudio, realizado por investigadores en EE UU, Brasil y Francia ypublicado en Science, demuestra que la melanina tiene también un efecto carcinogénico. Cuando los melanocitos de la piel reciben radiación ultravioleta, comienzan a añadirse letras adicionales a su ADN y provocando unas erratas que pueden disparar la aparición del cáncer.
Analizando células de ratón y humanas, los investigadores han confirmado que ese tipo de daño no se detiene si se apaga la radiación ultravioleta, sino que las letras del código genético siguen acumulando erratas durante más de tres horas después. De hecho, hasta la mitad de todo el daño genético causado por la radiación se produce “a oscuras”.
La verdad es que es muy importante protegerse del sol tanto en la playa como en la piscina.
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