lunes, 16 de febrero de 2015

Jerarquía de sentidos



Una decena de psicolingüistas y antropólogos del Instituto Max Planck han recopilado durante años conversaciones de hablantes de 13 idiomas diferentes. Buscaban una forma de medir la importancia de cada uno de los cinco sentidos contando la frecuencia de uso de palabras que se refirieran a ver, oír, tocar... Entre las lenguas analizadas están algunas de las más extendidas del planeta, como el chino mandarín, el inglés o el español, pero también varias habladas por solo unos miles de personas, como el chintang (Nepal)

Las conversaciones, grabadas en vídeo, tuvieron lugar durante la realización de tareas cotidianas, como preparar la comida, la charla de después de la cena o en los descansos en el trabajo. Especialistas en cada cultura, apoyados en traductores locales midieron la aparición de palabras que reflejaran la percepción física.

En las 13 culturas analizadas, la vista es el sentido al que los humanos dan más importancia. En todas, las palabras y verbos relacionados con ver, mirar, observar, ojear, leer... suponen más del 60% de los vocablos referidos a los sentidos. En el chino mandarín, por ejemplo, en una hora de conversación, aparecen 72 usos de verbos relacionados con la vista. El 84% de las palabras sensoriales tenían que ver con este sentido.

"Hay tres razones principales que, creemos, subyacen en la mayor frecuencia de referencias a la vista en todas las culturas", dice la investigadora del Instituto Max Planck de Psicolingüística y coautora de la investigación, Asifa Majid. "En primer lugar, tendría relación con la arquitectura cerebral. Casi el 50% del cerebro está dedicado al procesamiento visual", añade. Desde un punto de vista evolutivo, la vista habría sido fundamental para la supervivencia de los primeros humanos.

Pero también hay otras explicaciones. Existen más palabras referidas a la vista porque vemos más. "Incluso cuando parpadeamos, nuestra mente rellena el hueco, por lo que experimentamos una imagen constante", recuerda Majid. Sin embargo, solo se huele cuando se inspira y no cuando se expira. En cuanto al sabor, no se come o bebe todo el tiempo.

En la mayoría de las lenguas que han revisado, el oído es el segundo sentido más relevante, pero no en todas las culturas. Entre los semai, un pueblo de la península malaya de apenas 40.000 individuos, el olfato es el segundo sentido. Tienen palabras diferentes para el olor de una casa vieja y los hongos, otras que se refieren al de la sangre y los pescados y carnes crudos o el vocablo rasaak que se puede referir al sentido del tacto, al olor o al sabor por separado o combinados. Mientras, en el español o el italiano, aunque el oído es el segundo, el sabor está por delante del tacto.

"Llama la atención que las referencias al olor y al sabor sean tan escasas, especialmente teniendo en cuenta que algunas de las conversaciones se desarrollaron durante situaciones como preparar la comida o comer", relata Majid. "Esto refleja lo que los científicos han pensado desde hace tiempo, que el olor y el sabor no son tan importantes para la conducta humana". Sin embargo, casos como el de los semai o el de los tzeltales muestran también, como dice la investigadora, que la jerarquía de los sentidos no es universal, sino que depende de cada cultura.

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