Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) han participado en un estudio internacional del Consorcio 'NeuroFAST' que ha observado que la adicción a comer, define con mayor precisión la conducta alimentaria de tipo adictivo, que la adicción a la comida.
Dicho trabajo muestra que actualmente no existe una evidencia científica que apoye la hipótesis de que los alimentos involucran mecanismos cerebrales comparables a las drogas de abuso.
Algunos alimentos "son más atractivos que otros", algo que se debe en parte a la capacidad de este tipo de alimentos para estimular 'vías de recompensa' en el cerebro, que son activadas por algunos comportamientos naturales, pero sobre todo se conocen por ser muy estimuladas por muchas drogas de abuso", admite Carlos Diéguez, autor de este estudio y director del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CIMUS) de la Universidade de Santiago de Compostela (USC).
Sin embargo, la evidencia científica actual no apoya la idea de que los distintos componentes de los alimentos ejerzan los mismos efectos que las drogas adictivas en nuestros cerebros.
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