En 2010 se generaron 33,8 millones de toneladas de basura electrónica. En sólo cinco años, la cifra aumentó en ocho millones de toneladas. En términos de kilos por habitante, la media de basura electrónica generada por persona que habita el planeta ha aumentado casi un kilogramo en ese periodo, pasando de 5 a 5,9 kilogramos. Para 2018, cuando se prevé una población mundial de 7.400 millones de personas, cada habitante del planeta generará una media de 6,7 kilogramos de basura electrónica.
El problema de la creciente cantidad de basura electrónica generada en el planeta no es sólo medioambiental, esos desperdicios contienen elevadas cantidades de materiales tóxicos como plomo, mercurio y cadmio, sino también económico.El informe de UNU señala que los 41,8 millones de toneladas de equipos electrónicos y eléctricos tirados a la basura en 2014 contenían preciosos recursos, como oro y otros minerales, por valor de 52.000 millones de dólares.
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